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El hormigón celular - características

Construir una nueva habitación o aislar algún elemento del hogar son tareas que requieren en la mayoría de los casos la elevación de muros o tabiques, con la consecuente molestia que supone realizar una obra en casa. El hormigón celular puede ser la respuesta sencilla a muchos de los quebraderos de cabeza que aparecen a la hora de realizar una reforma en el hogar.

Aunque pueda resultar contradictorio debido a su nombre, este material es un compuesto bastante ligero. Posee una estructura alveolar, lo que lo hace más liviano, pero a la vez muy sólido y resistente. Es comercializado en bloques o ladrillos de color blanco, sirve como aislante térmico y acústico y, además, tiene propiedades ignífugas.

Este tipo de hormigón se instala muy fácilmente a través de la utilización de un mortero especial. Los distintos bloques o ladrillos se pueden amoldar a cualquier espacio y medida porque pueden cortarse de manera manual con un serrucho.

Características que lo diferencian
El hormigón celular se constituye básicamente de arena de sílice, cemento y cal. Es un elemento poroso y de relativo poco peso, y es el material aislante más económico que se produce hoy en día en el sector de la construcción.

Esto se debe a que la maquinaria moderna produce de manera automática el material, lo que reduce los gastos en mano de obra y lo abarata significativamente.

Su composición permite que se pueda utilizar en todas las facetas o requerimientos de cualquier tipo de obra: tabiques, dinteles, forjados, cubiertas, etc. Es un material muy usado en los países del norte de Europa desde hace varias décadas, pero en España es todavía un desconocido. Debido a una simple diferencia cultural, mientras que nosotros colocamos los aislantes por dentro de la vivienda, ellos lo realizan por fuera.

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