Dónde y cómo colocar la pizarra
En exteriores e interiores
Tras su extracción, la piedra se transporta a las  fábricas, donde se sierran los bloques y después se labran; así se obtienen  láminas de pizarra de diferentes grosores, según su destino. Finalmente  se da la forma definitiva para su uso en la construcción: cuadrada, octogonal,  con bordes redondeados o con un aspecto más tosco, para aportar un aspecto  rústico. Los rincones y otros obstáculos constructivos no son un impedimento;  existen piezas que se adaptan con facilidad.
La pizarra tiene dos usos diferentes en la construcción. Aunque la más común es como material de cubiertas de edificios, no hemos de olvidar su papel como revestimiento de interiores, en suelos, chimeneas o paredes. Esta piedra, una vez pulida convenientemente, aporta calidez y elegancia a recibidores, salones o pasillos. Las cocinas y baños también adquieren un toque de distinción con las encimeras de pizarra.
Cómo se coloca
En los tejados se instala una cama de listones de  madera y éstos se cubren con láminas enganchadas a la superficie por medio de  clavos o ganchos metálicos de acero inoxidable. Las piezas se superponen para  garantizar una completa estanqueidad. Si además de la impermeabilización, se  necesita un buen aislamiento, debajo de la estructura de madera se pueden  colocar diversos materiales, como superficies de madera, para reforzar las  propiedades del mineral.
Antes de instalarlo como revestimiento para suelos, es necesario asegurarse de que la superficie está completamente lisa. Las baldosas de pizarra se fijan con adhesivos específicos. Si nos decidimos por utilizarlo en el jardín, la instalación resulta mucho más sencilla: únicamente hemos de realizar pequeños huecos de la profundidad de la piedra, colocar las losetas, presionarlas contra el terreno y asegurarnos de que no se mueven.
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