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Bricolaje

Transforma madera en mármol

El revestimiento de mármol para muebles, encimeras, columnas o baños es una de las opciones más elegantes y que más estilo puede darle a tu casa. Pero la colocación de este tipo de material supone un gran esfuerzo para el bolsillo y para nosotros mismos debido a su peso.

Si tu cartera o tu espalda no permiten la instalación de piezas de mármol en tu hogar, desde aquí te animamos a que simplemente lo imites de manera sencilla , rápida y económica. Además, cambiarás la frialdad de este material por la calidez de la que hace gala la madera.

De esta manera, con un tratamiento especial podrás conseguir que la madera tenga un aspecto sorprendentemente similar al del mármol, y podrás revestir los elementos que desees de tu hogar o si la superficie ya es de madera, realizar directamente el tratamiento.

Optamos por forrar
Si lo que queremos es revestir una pared, una columna o cualquier otro elemento, la mejor solución es utilizar listones de madera como sujeción. Para llevar la tarea a cabo, debes rellenar toda la superficie que vamos a forrar con tablones para luego clavar ahí el revestimiento:

1. Realiza dos o tres taladros al listón -dependiendo de su longitud-, de manera que lo atraviesen y taladres también la pared.
2. Coloca tacos en todos los agujeros que hemos hecho.
3. Avellanea los listones para evitar futuras curvaturas producidas por la cabeza del tornillo.
4. Introduce los tornillos en los tacos atravesando los listones y déjalos bien apretados.
5. Coloca el revestimiento de manera adecuada.
6. Fíjalo a los listones colocados con anterioridad utilizando puntas sin cabeza que pasarán totalmente desapercibidas.

Antes de colocar el revestimiento, es recomendable que ya hayamos realizado el marmorizado de la madera, y que esta esté totalmente seca.

Convierte tu casa en una fortaleza para ladrones (3)

Y si entran... saltará la alarma
Si con las medidas anteriores no hemos conseguido disuadir a los intrusos, una alarma puede terminar de arruinarles el plan. Aunque no los detendrá, pondrá en alerta bien a todo el vecindario, bien a la policía.

Existen distintos tipos de alarmas, unas más sofisticados que otras, pero el funcionamiento suele ser similar. Se trata de un circuito de detectores y sensores, conectados a una caja. Cualquier elemento extraño será recuperado y enviado a la central a la que estemos conectados, que avisará a la policía. Las más sencillas únicamente emitirán un continuo y llamativo pitido que alertará a quienes se encuentren en los alrededores. Si optas por una de estas últimas, asegúrate de que es muy ruidosa.

Las alarmas pueden detectar sonidos, movimientos o, incluso, el calor. Los expertos recomiendan instalar, además de las volumétricas (el segundo tipo), las que se activan cuando una ventana es forzada o un cristal se rompe.

Máxima seguridad
A pesar de todo, no te confíes. Los cacos son profesionales y suelen tener sus propios trucos para enfrentarse a las trabas que les ponemos. Por ello, las campañas de prevención de robos en el hogar durante el verano recuerdan siempre los mismos consejos, que, por muy tontos que puedan parecernos, ayudarán a que terminemos las vacaciones sin ningún sobresalto innecesario. Recuerda:

  • No guardes los objetos de valor en un único lugar, excepto si posees caja fuerte. En este caso, ésta debe situarse en un lugar poco visible.
  • No dejes grandes cantidades de dinero en casa.
  • No desconectes la luz, sino los aparatos eléctricos. De esta forma, el timbre seguirá funcionando.
  • Fotografía los objetos de valor.
  • Guarda las facturas de compra y una copia del seguro del hogar.
  • No bajes del todo las persianas.
  • Deja ropa tendida.
  • Pon especial cuidado si existen andamios en el edificio.
  • No digas en público que te vas a ausentar.
  • Pide a alguien que recoja tu correo.
  • En caso de robo: no toques nada ni cierres ventanas que hayan sido abiertas. Avisa al seguro en menos de 7 días.
  • Deja un teléfono de contacto a algún vecino que pueda avisarte en caso de accidente.

Ahora ya puedes irte de vacaciones con la tranquilidad de haber convertido tu hogar en una fortaleza frente a posibles intrusos. Y recuerda, además de proteger tu casa cuando tú estés fuera, también debes cuidarla cuando te encuentres en su interior.

Convierte tu casa en una fortaleza para los ladrones (2)

Ventanas de difícil acceso
Si la puerta se resiste, entrarán por las alturas. La elección de una ventana u otra no sólo debe depender de la climatología de la zona, la previsión contra los robos será otra de las variables.

Si estás pensando en cambiar las ventanas, debes desechar las realizadas en madera. Aunque pueden resultar estéticas con el conjunto de la casa, su mantenimiento es más complicado y su deterioro más rápido. Los materiales más recomendados son el PVC y el aluminio. Frente a la madera presentan dos ventajas principales: son más resistentes y, además, mejores aislantes.

Por otro lado, existen en el mercado ventanas antirrobo dotadas de herrajes de seguridad, cierres especiales y manillas con bloqueo. Su precio suele ser elevado, por lo que si no puedes permitírtelo, sí que podrás tomar algunas ideas, como, por ejemplo, instalar pestillos o tiradores que permitan mayor seguridad.

No hay que olvidar que las persianas nos proporcionan también protección. Éste es el motivo por el que se recomienda que todas las ventanas y balcones de la casa estén provistos de ellas. Las más recomendadas son las autoblocantes, que impiden que los cacos las fuercen gracias a su sistema de lamas. Además, si posees persianas eléctricas te serán muy útiles en estas ocasiones, ya que puedes programarlas para que se eleven de día.

También es recomendable instalar rejas en los lugares de fácil acceso y en aquellas ventanas situadas en espacios poco transitados, por ejemplo: un patio. La separación entre barrotes en ningún caso debe ser inferior a 12 cm.

Un pequeño aparato de gran utilidad
Un temporizador o simulador de presencia puede ser una buena solución si no tienes a nadie que acuda a tu casa a subir y bajar las persianas o a encender aparatos eléctricos para aparentar que el hogar está ocupado.

En verano nos será realmente útil porque lo programaremos para que encienda, por ejemplo, la televisión a determinadas horas del día. Con este sencillo gesto conseguiremos que, si hay algún intruso vigilando nuestra casa, se desconcierte al ver que hay ruido en su interior. Además de usarlo con aparatos eléctricos, podemos conectarlo a la luz. Así, se encenderá ésta cuando anochezca y se apagará a la hora que usualmente nos vamos a dormir.

Convierte tu casa en una fortaleza para los ladrones

Ha llegado el momento de irnos de vacaciones, y también de temer por la seguridad de nuestra casa. Mientras nosotros disfrutamos de unos días de descanso, los ladrones se afanan en realizar el trabajo de todo el año. El verano es la estación más anhelada por los amigos de lo ajeno, así que, si no quieres recibir una visita inesperada, debes recordar algunas recomendaciones.

Medidas especiales en puertas y ventanas, y un sistema de alarma, pueden proteger tu casa al tiempo que tú descansas a kilómetros de ella. No te dejes engañar, los métodos tradicionales han dejado de ser eficaces: al tiempo que éstos se actualizan, también lo hace el ingenio de los cacos. Descubre los puntos débiles de tu hogar, y refuérzalos antes de salir.

Por la puerta, como en casa
A los ladrones hay que ponérselo difícil. Su primera intención, y también la más sencilla, será entrar por la puerta. Por ello, debemos presentar una entrada que desilusione a los visitantes de intentar violarla sin permiso. La mejor opción: la puerta blindada.

Ésta, incorpora una hoja de acero, con distintos grosores, que proporciona una gran solidez. El aspecto externo es el de la madera, que reviste al metal del interior. La imagen final es de gran robustez, lo que traducido al lenguaje de los cacos significa difícil de violar y, por tanto, aborto de sus intenciones.

Los expertos en seguridad recomiendan que las puertas blindadas tengan, al menos, dos puntos de cierre. Además, hay que evitar que quede hueco entre el suelo y la parte inferior de las mismas. Cuando la instales, debes exigir tres puntos de anclaje al marco, como mínimo.

Como complemento a la puerta, hay que elegir una buena cerradura. Ésta debe poseer el certificado A2P, sinónimo de seguridad. Además este elemento de cierre se califica por estrellas, de una a tres. Cuantas más tenga, mayor resistencia nos ofrecerá.

Restauración: Decapar y encolar (Paso 2)

Sustituir piezas con el encolado
Antes de ponernos manos a la obra en la restauración de muebles, es conveniente analizar el material, la técnica utilizada y la causa del deterioro, así como calibrar los daños que ha sufrido. Según el experto consultado, "una regla básica es, sin duda, la de intervenir lo menos posible con la inclusión de piezas nuevas; una buena restauración consiste en preservar la integridad del mueble antiguo". Sin embargo, muchas veces lo mejor es actuar rápidamente, a fin de que el deterioro no vaya a más.

La intervención se recomienda cuando se trata de contrachapados y taraceados que tienden a desencolarse. No obstante, no debemos olvidar el modelo y estilo originales, utilizando, siempre que podamos, la misma madera y orientando bien las vetas. "Ciertos muebles de valor", añade Antonio Caballero, "exigen la llamada restauración de pátina, que consiste en sustituir partes irrecuperables (chapas o piezas de madera maciza) por otras obtenidas de muebles viejos inservibles: de este modo, se logrará el máximo resultado en cuanto a la conservación, tratando de respetar las características originales del mueble".

Para cambiar la pieza rota, tendremos que desencolar, ya que el adhesivo es el medio habitual para unir maderas machihembradas. No obstante no viene mal comprobar que el ensamblaje no se hizo con tornillos o clavos, en cuyo caso, hemos de recurrir a herramientas específicas para retirarlos. Introduciendo alcohol con una jeringuilla conseguiremos disolver la cola antigua. Ahora sólo nos queda pegar la pieza nueva mediante el proceso del encolado:

Herramientas necesarias:

  • Cola vinílica para madera.
  • Lija.
  • Un pincel de tamaño medio.
  • Una espátula.
  • Un martillo.
  • Una mordaza de madera.
  • Cuerda resistente.
  • Pedazos de listones.

Procedimiento:

Antonio Caballero nos explica el proceso: limpiar bien las piezas que se van a encolar y lijarlas. Si éstas son de pequeñas dimensiones, emplearemos el pincel para aplicar la cola; en caso contrario, se usará la espátula (el adhesivo se extiende siempre en las dos superficies). Extendemos y cubrimos con la cola toda la pieza, pero nunca de manera abundante. Eliminar el exceso inmediatamente. Ahora la tarea es hacer encajar las piezas encoladas. Recurriremos a una mordaza de madera para que mantengan su posición, aunque si no tenemos, siempre podemos usar una mordaza metálica o un sargento para apretar. En estos casos, para evitar marcar la pieza, pondremos un trozo de madera que la proteja de los posibles daños del metal.

"Para asegurar los ángulos encolados de una silla o de un cajón, se emplea una cuerda resistente, que tensaremos en torno a la pieza; es decir; alrededor del fondo de la silla o del cajón. Para no dañar las aristas con la cuerda, podemos insertar falcas de madera, dos en cada ángulo. Si queremos asegurar superficies angulares oblicuas, por ejemplo, la cornisa superior de un armario, existe un tipo de muelle que puede aplicarse después del encolado mediante la correspondiente tenacilla". Se recomienda que las mordazas o aprietes se mantengan durante ocho horas.

Restauración: Decapar y encolar

La mayoría de los hogares tira sus muebles viejos cuando éstos se han deteriorado o una vez se han pasado de moda. Otros optan por guardarlos en trasteros y desvanes con el fin de poder recuperarlos más adelante. Si es éste tu caso, estás de enhorabuena. Con los trabajos de restauración no sólo conseguirás devolver la vida a ese mobiliario antiguo que dabas por perdido, también descubrirás un pasatiempo útil y divertido. En esta ocasión te vamos a hablar de dos tareas básicas: decapar y sustituir piezas.

Decapar es un proceso necesario para retirar las antiguas capas de barniz, laca o pintura que tengan los muebles. Normalmente es el paso previo a la hora de volver a tratar la madera para dejarla como nueva. Lo más común es que ésta se muestre muy deteriorada, lo que implica que habrá capas irregulares y agrietadas de pigmentos o barnices. En palabras de Antonio Caballero, restaurador, "llamamos decapado al proceso de disolver y eliminar de forma manual las lacas viejas, barnices, goma laca, etc, mediante un producto decapante en disolución". Para llevar a buen término este trabajo podemos recurrir a las siguientes herramientas:

  • Pistola de aire caliente: nos será de gran utilidad gracias a su capacidad para retirar capas viejas de barniz en superficies de madera. "El aire caliente funde el barniz durante unos momentos, permitiendo su eliminación con la espátula", nos explica el experto.
  • Espátula: se trata de una herramienta muy habitual que nos ayudará a eliminar las capas sueltas por el decapante.
  • También necesitaremos brocha, estropajo, bayeta, desengrasante, decapante y guantes.

Los decapantes químicos no pueden disolver las capas antiguas de barniz o pintura, pero permiten ablandarlas, lo que facilita enormemente el trabajo que supone eliminarlas. Utiliza unos guantes para protegerte las manos y usa una brocha para extender bien el producto sobre la superficie que vamos a decapar. Dejaremos que los químicos intervengan tal y como se detalle en las instrucciones. Según Antonio Caballero: "volveremos a aplicar una segunda capa generosa de decapante, pero esta vez cogeremos el estropajo y lo empaparemos con el desengrasante, limpiando la superficie". Luego secaremos con la bayeta.

Otra opción de decapado nos la ofrece la pistola de aire caliente. "Para ello, necesitamos un simple soplador de aire caliente y una espátula con la empuñadura de madera. El barniz, sobre todo en capas gruesas, se reblandece así de manera sencilla y se retira por completo con la espátula. De ese modo, llegaremos también a zonas rehundidas, que podremos trabajar con el decapante líquido".

Estanterías de pladur

Podemos sacar mayor partido a muchas de las estancias de nuestra casa sólo con una pequeña reforma. Utilizando unos perfiles de sujeción y con unas simples baldas de pladur, podrás construir una estantería simulando las de obra donde colocar tu colección de libros favorita, la televisión, etc.

Es habitual mostrarse reticente ante la posibilidad de realizar una reforma en casa por muy insignificante que ésta sea. Pero en este caso las molestias serán mínimas y otorgarás un aspecto renovado a la estancia de una manera limpia y muy sencilla.

Todos los materiales necesarios se pueden encontrar fácilmente en tiendas especializadas en bricolaje y las placas pueden adquirirse ya cortadas a medida, para que sólo tengas que colocarlas. Las planchas de pladur tienen un buen precio, es fácil trabajar con ellas, son aptas para ser pintadas y además es un material limpio; perfecto para interiores.

Materiales necesarios
• Perfiles metálicos en U de unos 30x30 mm. en tiras.
• Tacos de plástico.
• Tirafondos.
• Placas de pladur de unos 5 cm. de grosor, cortadas a la medida de nuestra librería.
• Tapetas de terminación
• Pasta especial para juntas y acabados.
• Tornillos perforantes.

Antes de comenzar
Una vez hayamos adquirido todos los materiales necesarios para llevar a cabo nuestra pequeña obra, debemos pensar hasta tener claro el diseño que deseamos, para empezar a plasmarlo. Posteriormente realizamos un dibujo o boceto en la pared, marcando los puntos por los que estarán situadas las estanterías.

Es muy importante asegurarse de que todas las líneas son totalmente rectas, de lo contrario obtendríamos un resultado descuidado o lo que es peor, el derrumbamiento de las fijaciones.

Cómo construir una tapia de ladrillos

Construir un muro de ladrillos es un trabajo de albañilería que, además de serte útil para delimitar un terreno o decorar un jardín, te servirá de aprendizaje antes de acometer obras mayores. Se trata de un trabajo sencillo y rápido

Necesitarás un mortero y arena, losas de hormigón y ladrillos. En cuanto a las herramientas, te serán imprescindibles una pala y un cordel, nivel y plomada y, por último, una paleta.

En este tipo de construcciones bastará con que el tabique tenga el espesor de un ladrillo, pero no menos, pues con uno de medio ladrillo las posibilidades de trabajar se verán muy limitadas. En cualquier caso, debes tener en cuenta que, el grosor debe estar en función del tamaño de la obra (altura y superficie).

Los muros altos y largos hay que reforzarlos con contrafuertes, es decir, zonas en donde el grosor aumenta en 2 ó 3 ladrillos. También es importante que los remates para que su efecto final sea decorativo y resista la lluvia y las bajas temperaturas.

Los cimientos no presentan ninguna diferencia notable con los usados en otros trabajos de albañilería. Para los de dimensiones normales basta con cavar una zanja de 50 cm. de profundidad. Rellene aproximadamente la mitad de arena y asiéntela con un rodillo o un pisón hasta que quede dura.

Comienza el muro con dos pisos de ladrillos que formen una base ancha, y encima pon otros dos un poco más estrechos. A partir de ahí construye el tabique. Coloca un cordel tenso atado a dos estacas clavadas en ambos extremos del muro; te servirá para trabajar recto.

Coloca los ladrillos uno a uno, y con una plomada, verifica de vez en cuando la alineación de las juntas que proporcionarán un aspecto regular al muro. Tanto para los cimientos como para los remates, tendrá que usar mortero rico en cemento, pues son las partes más expuestas a la humedad y necesitan una mayor resistencia.

En los muros pesados o de más de un ladrillo de grosor, no hay que poner las piezas directamente sobre la arena; instala sobre ellas losas de hormigón. Sobre esta base será suficiente con disponer un solo piso de ladrillos, colocados transversalmente, antes de iniciar la construcción del muro propiamente dicho.

Proceso paso a paso para imitar el ébano

• En primer lugar y para facilitar la penetración del tinte y que la madera quede bien impregnada, es aconsejable mojar la superficie con agua utilizando una brocha. De este modo, conseguiremos abrir los poros y el veteado de la madera.

Dejamos secar la pieza, y la repasamos de nuevo con la lija para alisar las posibles adulteraciones creadas por el agua.

• Seguidamente, aplicamos el tinte sin diluir y de manera abundante con una brocha o pincel, dependiendo del tamaño y características del objeto.

• Con retal de tela de algodón repasamos la superficie para retirar el sobrante del tinte. Es importante que del trapo no se desprendan trozos de pelo, pelusilla o suciedad porque podría estropear el acabado.

• De nuevo esperaremos a que la pieza quede bien seca y aplicamos una imprimación para sellar el poro. Utiliza un tapa poros transparente, y para no restar color, mézclalo con algunos pigmentos del tinte.

• Una vez seca, utilizamos una lija de grano fino para pulir la superficie hasta que quede totalmente lisa y agradable al tacto. No debemos olvidar retirar el polvo del lijado de la pieza.

Teñimos el barniz que le va a dar el aspecto final a nuestra madera de ébano particular. Para hacerlo, diluimos colorante mineral en alcohol y posteriormente con el barniz. Si queremos conseguir una textura bien uniforme, es aconsejable filtrar el líquido antes de aplicarlo.

• Con una brocha o pincel aplicamos el barniz por toda la superficie y retiramos el sobrante con una muñeca de algodón.

• Para terminar y conseguir un acabado excelente, una vez seco el barniz y utilizando de nuevo una muñeca de algodón, pero esta vez impregnada en cera, aplicamos por toda la superficie.

Realizar algún tipo de veteado
Si la superficie lisa no te convence y quieres remarcar el veteado de la madera en otro tono, únicamente tienes que mezclar dos tintes al agua y, con un pincel muy fino e incluso utilizando un palillo, repasar parte del veteado antes de aplicar la cera.

Imitar madera de ébano

Por su rareza y elegancia este tipo de madera de carácter exótico se ha convertido en un artículo de lujo, y eso, se nota en el precio. Por ello, el proceso de ebanización de maderas con aspecto lechoso se ha convertido en una técnica tan extendida como útil. Desde aquí, y de una manera muy sencilla, te vamos a mostrar un método para que le des a tus tallas y cajas de madera un aspecto oscurecido mucho más elegante.

El misticismo que rodea a las tallas de las poblaciones tribales africanas esculpidas en ébano, unido a la visión cosmopolita de la cultura occidental, convierte a este tipo de madera en una joya de la decoración y el estilo.

Materiales y herramientas
• Colorante esencia mineral.
Barniz.
• Tinte al agua.
• Imprimación selladora.
• Cera.
• Alcohol.
• Pincel o brocha.
• Lija.
• Muñeca de algodón.

Elegir la superficie
A la hora de comenzar con el proceso hay que tener muy en cuenta la superficie ante la que nos encontramos, lo ideal sería una madera totalmente virgen que facilitase la perfecta absorción del tinte.

La madera de haya, debido a su densidad y a la contracción de sus vetas, es la que mejor se presta para conseguir un acabado estético y convincente. Además, recomendamos que la pieza sea lijada antes de comenzar el proceso para eliminar todo tipo de imperfecciones.

Cómo crear ambientadores caseros

Las técnicas son muchas y de complejidad variable. Lo más fácil y, a la vez, decorativo, es recurrir a un cesto de mimbre o a un plato cerámico grande, que rellenaremos con aquellas plantas, flores, hojas y especias que más nos gusten. Por ejemplo: hojas de eucalipto, ramas de hierbabuena, hojas de salvia, laurel o mirto, pétalos de rosa y algunos trozos de vainilla, canela y jengibre. Añadiendo un poco de alcohol o esencia de rosas conseguiremos reavivar la fragancia cuando ésta vaya perdiendo intensidad.

También se utilizan velas aromáticas de diferentes tipos y olores. No sólo se pueden comprar, también podemos recurrir a nuestras propias manos, pero en lugar de añadir sólo la cera durante el proceso de elaboración, podemos incorporar esencias y aceites, para que, al encenderlas, perfumen las habitaciones. Las barritas de incienso son otra de las opciones para los amantes de la aromaterapia. La variedad es muy grande, todo depende de nuestro gusto.

Otra manera es hacer ambientadores de modo natural. Para ello, no tenemos más que comprar un pequeño tarro de cristal, que también sea decorativo, y llenarlo con aceites esenciales aromáticos. Abrir el tarro periódicamente permitirá desprender fragancias muy agradables por todo el hogar. Los aceites se pueden mezclar y crear aromas variados, o bien diluir en alcohol, para atenuar su efecto.

Cómo sugerir aromas en las habitaciones
Con la palabra de origen francés popurrí se denomina la mezcla aromática de flores y otros productos vegetales con perfumes y aceites. Este tipo de 'ambientador' tiene la doble ventaja de mejorar el olor de la estancia y, a su vez, decorarla. Las bolsas de popurrí se pueden encontrar fácilmente en tiendas especializadas y grandes superficies. Utilizaremos pétalos de flores recolectados del jardín o de flores compradas, que dejaremos secar en frascos poco profundos con una capa de arena. Tras dos semanas se habrán secado.

Otro sistema es utilizando toda la flor: se cuelga por el tallo boca abajo, sin las hojas, o bien todo un ramo atado y colgado al pomo de una puerta.Una vez secas las flores, introduciremos los pétalos en un tarro de cristal que completaremos con aceites aromáticos (de lavanda, laurel, jengibre, almendra, eucalipto, clavo, etc), piel de frutas (cítricos, por ejemplo, que ofrecen fragancias muy frescas), algunas especias, así como hierbas medicinales y aromáticas. Cuantas más combinaciones hagas, antes llegarás al perfume que estás buscando para tu casa.

Con un aceite fijador, por ejemplo, de sándalo, pachulí o bergamota, conseguiremos que el aroma permanezca durante más tiempo. Mezclados los ingredientes bien y una vez que hemos hallado un olor que nos convenza, introduciremos todo en un recipiente cerrado herméticamente, que agitaremos al menos una vez al día. Pasado un mes, tendremos nuestro ambientador listo. Introduciremos la mezcla en bolsitas de tela decorada, que pueda transpirar, o en frascos de cristal, que abriremos cada cierto tiempo para esparcir la fragancia por las habitaciones.

Ambientadores caseros

La decoración en el hogar exige ofrecer a los habitantes no sólo una agradable visión fruto de la combinación de texturas, objetos y colores, sino también unos aromas agradables que hagan de la estancia en la vivienda un auténtico placer. Para conseguir que nuestra casa huela bien y que, además, produzca una sensación agradable, sin caer en excesos, no sólo podemos recurrir a los ambientadores industriales que encontramos en cualquier droguería, también podemos echar mano a una serie de trucos caseros que se resuelven con un poco de maña e imaginación.

El uso de plantas y flores para aromatizar una casa es una costumbre antigua que sirve tanto para mejorar la sensación de bienestar como para purificar el aire y alejar a ciertos insectos. Las posibilidades de los ambientadores hechos a mano son muchas, pero antes debemos seguir una máxima: nunca excedernos en la combinación de esencias y dar toques ligeros, no demasiado penetrantes, para evitar ambientes recargados.

Otro punto importante a tener en cuenta es que cada estancia de la casa exige fragancias diferentes. Por ejemplo, para evitar mezclas de olores que afecten al gusto de los alimentos, tendremos que ser especialmente cuidadosos con los aromas de la cocina o el comedor. Nunca recurriremos a productos que se usen en la cocina, como aromas frutales o basados en especias, ya que podemos estropear el sabor de un buen menú.

Las fragancias florales son las que mejor casan con el salón o el cuarto de estar, así como los toques frutales y cítricos. En el dormitorio, la lavanda y la melisa favorecen la relajación; en cambio, las flores, fomentan el erotismo. En el cuarto de baño optaremos por fragancias frescas: limón, rosa, caléndula, menta o sándalo.

Además, debemos saber que existen aromas que estimulan y otros que relajan, así que, dependiendo de nuestras intenciones en cada habitación, optaremos por unos u otros. Dan serenidad la manzanilla, la melisa y la lavanda, mientras que el pino, el limón, el cedro, el romero y el enebro consiguen el efecto contrario, mucho más revitalizante.

Colocar correctamente una puerta

Arañazos en el parqué, molestos y continuos ruidos, chirridos e incluso pequeños accidentes producidos por un bloqueo repentino, son las consecuencias de una puerta que no está bien colocada.

Resolver el problema es bien sencillo y hay dos rápidas posibilidades para arreglarlo: levantar el eje sobre el que gira, o recortar la puerta unos milímetros por debajo.

Elevar la puerta
Lo más fácil es colocar unas arandelas en las bisagras, que se adapten a los vástagos y eleven la puerta ligeramente. Esto hay que hacerlo siempre y cuando haya espacio suficiente en el margen superior y la puerta no se encuentre obstaculizada por el marco de arriba.

El mercado también ofrece otras posibilidades como, por ejemplo, la adquisición de unas bisagras en rampa que levantan la puerta unos milímetros.

Recortar la base
En ocasiones sólo es necesario reducir unos milímetros el borde inferior de la puerta para conseguir que encaje perfectamente sobre los pernios.

Bastará con cepillarla suavemente, de afuera para dentro, con el fin de no arrastrar astillas en dicha operación. En caso de que haya que rebajar más de dos o tres milímetros, es recomendable hacerlo con una sierra. Es importante que el corte sea limpio y que no salte la laca o la pintura que protege la puerta.

Si se usa el serrucho, los dientes cortarán hacia abajo, mientras que los de la sierra eléctrica, de punta circular, lo hacen hacia la parte de arriba. Pegando una cinta adhesiva en el borde o marcando el corte con una línea recta, se puede evitar el rasgado de la madera por un lugar que no sea el adecuado. La madera maciza es la más fácil de manipular, tanto si se presenta con una superficie encerada o glaseada, ya que casi no se producen grietas o astillamientos.

Evitar arañazos
Al rebajar la puerta se debe evitar a toda costa producir arañazos o arrancar astillas practicando un corte en la chapa. Para ello se emplea un cúter que se guiará con una regla metálica (es preferible a la de madera). Posteriormente la regla se desplaza hacia arriba una distancia equivalente a la mitad del ancho de la sierra, y se corta sobre la línea realizada con el cúter. Por último, se alisa el borde, redondeándolo con papel de lija, y se iguala bien, eliminando los cantos y perfiles más afilados.

Construye un armario zapatero paso a paso (final)

Paso a paso
Nuestra labor empieza marcando en la pared las alturas aproximadas de cada nivel, según la barra exterior. Poniendo un zapato 'en estado de reposo' a la distancia que permita cerrar la puerta, hacemos la marca. Taladramos, ponemos el taco, luego el tirafondos con la base, y presentamos la barra.

Con un nivel encima, marcamos la otra pared. Dada la profundidad del armario (unos 50 cm) las tres barras de cada planta irán separadas 15 cm, y cada una estará 8 cm más arriba que la anterior. Con una falsa escuadra fijamos el ángulo a partir de la primera, y el resto es muy sencillo.

Las paredes de un armario son algo irregulares, pero no hay problema: la pieza que sujeta las barras tolera pequeñas diferencias. Conviene medir el ancho del armario en varios sitios, y sacar una media.

Una vez puesta la primera planta, ejecutamos fácilmente las restantes.

El resultado: un armario para zapatos económico, y que al ser de tres barras permite varias posiciones, facilitando un gran 'aforo'.

Documento de Fernando Barón para Bricolaje y hogar

Construye un armario zapatero paso a paso

Los zapatos requieren un lugar donde estén bien ordenados, preservados del polvo y sin amontonarse. Así, además de escogerlos cómodamente, les evitaremos dobleces y arrugas, prolongando su vida útil. Guardarlos en un armario mixto junto con las camisas, los trajes y los jerseys resulta inadecuado, porque la ropa acaba cogiendo olor. Es mucho mejor reservarles un lugar exclusivo. Os vamos a contar cómo hacer un armario de zapatos.

Primeras apreciaciones
Ante todo debemos saber que el calzado, sobre todo el femenino, tiene el centro de gravedad muy retrasado, cerca del tacón, cosa que puede comprenderse fácilmente observando un zapato de perfil.Cualquier soporte deberá tener una marcada inclinación hacia delante, porque si estuviera nivelado muchos zapatos caerían hacia atrás. Los soportes inclinados, además, acortan el espacio necesario para nuestro mueble.

Hemos escogido para los apoyos el tubo que se utiliza como barra para las cortinas ligeras, un tubo de 7 mm que se corta fácilmente con el cortatubos.

Empezaremos decidiendo qué parte de la altura total vamos a emplear. Dejaremos el suelo libre de soportes hasta unos 50 centímetros de altura, para guardar las botas grandes, la caja de los cepillos, y otros accesorios.

Manos a la obra
Las barras se afirmarán a la pared con unos sencillos 'vasos' de fondo enroscable.

Medimos el armario, para saber cuántos pisos de zapatos caben. Las hileras que montaremos son triples, separadas de la "planta" siguiente unos 25 centímetros. Esta medida es flexible, por ejemplo en las filas inferiores conviene mayor separación, por comodidad.

Ya sabemos el número de pisos que tendrá nuestro parking. Ahora lo multiplicamos por el ancho del armario, y triplicamos el resultado, dado que cada nivel llevará tres barras. Así obtenemos cuántos metros de barra necesitamos.

En las ferreterías venden la barra de 7 mm en medidas diferentes, desde dos a seis metros. Escogeremos la medida que permita el máximo aprovechamiento, según el ancho de nuestro armario.

Es decir, si nuestro armario (como el de la foto) mide 130 centímetros de ancho, nuestra barra es la de 4 metros: podremos sacar tres piezas de cada una, desperdiciando sólo 10 centímetros del largo total. Una proporción muy razonable. El bricolega debe imitar a los profesionales, que ajustan los cálculos para comprar lo preciso.

Finalmente hemos comprado siete barras de 4 metros, una por cada 'planta'. Las fijaciones que pondremos serán tirafondos de 35 mm con tacos del 6, más que suficiente en un tabique sano.

Válvulas de paso

Una válvula de paso es un sistema mecánico gracias al cual se puede regular el flujo de líquidos y gases que circulan a través de una tubería. El proceso se efectúa mediante una pieza que tapa de forma parcial o completa el orificio de la cañería.

Por este sistema, se puede controlar el paso tanto de los líquidos y gases más inocuos hasta de los más corrosivos. Según las necesidades, que vienen determinadas por el tipo de sustancia y la cantidad de flujo de ésta, hay disponible una amplia gama de válvulas.

Adquisición y mantenimiento
Al instalar una válvula de control de flujo, es importante prestar atención al tipo de sustancia que circula por la tubería donde se instalará, fijándose en la presión, temperatura, si es o no corrosivo, peligros de fugas y tendencia al deterioro.

Tras adquirirla, hay que mantener unos cuidados, entre ellos su lubricación, que se debe realizar como mínimo una vez al año, o cada tres meses si no se maneja muy a menudo. El lubricante, que reduce el rozamiento, se debe elegir en función de los fluidos que regule la válvula, ya que varían la temperatura, presión, etcétera.

Asimismo, deben ser revisadas periódicamente, ya que su mal estado puede causar accidentes como escapes de líquidos o gases, provocar el paso de éstos cuando no es conveniente o incluso explosiones. A veces bastará con una inspección visual, pero en especial con las de sistema automático, es conveniente desmontarlas y comprobar que todos los elementos están en perfecto estado, dado que éstos, con el tiempo, se erosionan y si han estado en contacto con productos corrosivos, también se acaban deteriorando.

 

Acero inoxidable - Continuación

El acero en casa
Si hay un lugar de nuestro hogar donde este metal es el protagonista ese es la cocina, así lo asegura Joan Torrijos, Manager de Producto de Franke España, S.A.U. Se trata de uno de los materiales más adecuados para fabricar envases para conservar alimentos y baterías. Las cualidades que le hacen tan indicado es su escaso peso, comparado con otros utensilios de barro o hierro, su estabilidad y que, a la hora de cocinar nuestros platos, los alimentos no perderán su sabor ni su composición original.

Pero no sólo lo que tenemos a simple vista es de acero inoxidable. Las nuevas instalaciones de fontanería utilizan este material como el principal a la hora de fabricar tuberías, grifería, calefacción, encimeras, fregaderos y otros accesorios de cocina y baño. Su alta calidad y sus cualidades anticorrosivas han hecho de este material la estrella indiscutible de la casa.

Y los consumidores están al tanto, Joan Torrijos afirma que los productos más demandados en su empresa son "todos los de la cocina, ya sea del área de aguas (fregaderos y grifos), como los de cocción, sin menoscabo de los dedicados a gestión de residuos".

Acero siempre nuevo
Para mantener los electrodomésticos, cuberterías u otros elementos de acero inoxidable siempre en perfecto estado, aquí te damos algunos consejos que puedes seguir a la hora de limpiarlos:

  • Si únicamente tienen polvo o suciedad un poco de agua y jabón serán suficientes.
  • En caso de que se hayan arañado o presenten manchas por calentamiento, será necesario un abrasivo fino con el que puliremos la superficie. Después, lavaremos con agua y detergente.
  • Utilizaremos este mismo método si encontramos zonas que se hayan oxidado.
  • Los limpiadores alcalinos eliminan manchas de aceite y grasa.
  • La pintura de pared en los electrodomésticos la podemos borrar con agua o bien utilizando limpiadores alcalinos.
  • La siempre tan indeseada cal desaparecerá si frotamos con un trapo humedecido en vinagre.
  • Pero, si hemos perdido el brillo, el alcohol es lo más efectivo para recuperarlo.

Acero inoxidable

Atrás quedaron los días de la Edad de Piedra en que todos los utensilios de la vida diaria se fabricaban con roca. Hoy en día, la innovación en los materiales ha proporcionado una amplia gama que podemos aplicar, con buenos resultados, en nuestro hogar. Sin duda, la gran revolución del siglo XX ha sido la aparición del acero inoxidable, que, con el paso de los años, se ha colocado como el material fundamental en la fabricación de herramientas, electrodomésticos, equipamiento para industrias y otros campos, haciendo de nuestra vida diaria una tarea más cómoda y sencilla.

Aunque en sus primeros años de existencia el acero inoxidable se destinó a la fabricación de cuberterías, su nacimiento respondía a necesidades bien distintas. En 1912, Harry Brearley comenzaba a investigar sobre una aleación que ofreciera, ante la posibilidad de desgaste, una mayor resistencia que la que presentaban entonces los cañones de pequeñas armas de fuego por el calor desprendido en su interior. Este nuevo material debía resistir, además, a la corrosión.

Este acero, a pesar de lo que indica su nombre, sí se oxida. La aleación se forma utilizando hierro, níquel y cromo, este último al reaccionar con el oxígeno del propio aire crea un óxido básico que se expande por el metal final, creando una capa protectora. Por eso lo llamamos "inoxidable", porque su oxidación se produce en el proceso de fabricación del acero y no en su uso.

Tipos de acero y sus aplicaciones
El acero inoxidable contiene, al menos, un 11% de cromo que reacciona con el oxígenos creando una capa pasivadora, la que evita la corrosión del hierro. La aleación puede llevar agregados otros elementos, dependiendo de los materiales que se hayan incluido se forman distintos aceros que forman la familia de los inoxidables. Cada uno de ellos estará destinado a la fabricación de un producto final.

El acero ferrítico únicamente contiene cromo, lo que hace que sea resistente a la corrosión. Debemos saber que es, además, un material magnético, con una estampabilidad buena excepto si se trata de un estampado profundo, y no muy recomendado en caso de que se necesite soldar. Se utiliza en la fabricación de:

  • Electrodomésticos para el hogar.
  • Monedas.
  • Automóviles.
  • Cuberterías.

Un segundo tipo de acero es el martensítico, en él la concentración de carbono hace posible la formación de martensita, una sustancia que colabora a que el producto intermedio sea magnético y muy dúctil antes de ser templado. Al final del proceso de producción será cuando presente dureza, su cualidad más destacada, y no sea tan manejable. Esta variedad es la idónea para conseguir:

  • Discos de freno en los automóviles.
  • Instrumentos para cirugía.
  • Cuchillos.
  • Herramientas de bricolaje.

Por último, el acero austenítico nunca se imantará pues no es magnético, además resultan moldeables y es la variedad más indicada en el caso de que necesitemos soldar este material. En su formación se utiliza al menos un 7% de níquel. Sus campos de aplicación son los siguientes:

  • Equipos industriales: química, alimentación, farmacia.
  • Construcción.
  • Utensilios domésticos.

Pintura magnética

Hasta ahora, si queríamos decorar las paredes de nuestra casa con cuadros, máscaras, carteles o cualquier otro elemento era necesario utilizar, como mínimo, una chincheta. De esta forma, cuando nos cansábamos del aspecto de nuestro hogar y decidíamos cambiar las cosas de sitio, nos encontrábamos con unos antiestéticos agujeros en las paredes. Ahora, esto no debe preocuparnos, la nueva pintura magnética hará que nos olvidemos de este problema.

Este material supone una revolución no sólo en los hogares, sino también en las oficinas, las empresas y, sobre todo, en las escuelas. En ellas han descubierto sus beneficios y se está convirtiendo en un elemento imprescindible a la hora de pintar. Hasta ahora, las paredes eran maltratadas con taladros, chinchetas, alfileres, clavos, etc. pero la innovación en los materiales favorecerá el cuidado de los muros y que la pintura se conserve, durante más tiempo, como el primer día.

¿Qué es la pintura magnética?
Se trata de un nuevo producto que contiene pequeñas partículas de hierro fino, que favorecen la acción del imán. Se debe aplicar antes de pintar la pared del color deseado. Con una mano será suficiente. Una vez que haya secado, aproximadamente unas 4 horas después de terminar, será el momento de teñir el mural de la tonalidad deseada.

No debes preocuparte de que el color final pueda verse afectado (ensombrecido o agrietado). La pintura magnética no supone ningún inconveniente posterior a su aplicación. Más bien, todo son ventajas: una vez utilizada te olvidarás de que cubre tus paredes.

Un mural sin imperfecciones
Gracias a la utilización de esta pintura podrás olvidarte de agujeros, rayones y de tener que utilizar el taladro cada vez que quieras colgar cualquier ornamento en la pared. Bastará con que utilices imanes que soporten el peso de los objetos decorativos.

Además, puedes cambiar el aspecto de tu casa cuantas veces quieras sin tener que disimular las imperfecciones o sin necesidad de volver a pintar ya que los imanes no dejarán huella en el muro.

Pinta con seguridad
Siempre que te dispongas a trabajar en casa con elementos de bricolaje debes seguir una serie de pasos que eviten accidentes. En el caso de la pintura, recuerda lo siguiente:

  • Utiliza guantes. En ocasiones el contacto directo entre los materiales y la piel puede ocasionar reacciones alérgicas.
  • También puedes proveerte de unas gafas de plástico, para evitar el contacto con los ojos.
  • Trabaja en lugares ventilados o con mascarilla, evitarás inhalar el material.
  • Sigue las indicaciones del fabricante a la hora de mezclar pinturas y disolventes.
  • Mantén alejados a los niños del lugar de trabajo.
  • Cuando hayas terminado, cierra bien los botes y guárdalos en un lugar seguro y fresco.
  • Limpia los utensilios con cuidado de no salpicar y dejar restos.

Los estores

El estor ha ido desplazando en los últimos años a la clásica cortina, mucho menos práctica y funcional. Se ha comenzado a emplear por numerosos decoradores para el acondicionamiento de varias estancias. Conoce los pasos para hacerlos de forma sencilla tú mismo.

Las cortinas son un invento muy necesario. Evitar que un desbordante sol entre en nuestra vivienda o las miradas indiscretas de vecinos y transeúntes, son más que motivos para colocarlas en las ventanas de la casa. Pero hace ya mucho tiempo que las cortinas dejaron de ser algo simplemente necesario para pasar a convertirse en un complemento más con el que vestir el hogar a nuestro gusto. Existe un complejo mercado guiado por las modas; al igual que ocurre con casi todos los complementos de decoración. Las últimas tendencias se adecuan al ritmo de vida actual y apuestan por la estética dentro de los hogares modernos. Sencillez y originalidad son las premisas del estilo actual y, por ello, el estor es el gran protagonista del año y es realmente sorprendente la cantidad de formas, texturas e inspiraciones que se pueden aplicar a este tipo de cortina.

Todo tiene un precio y, si quieres que tu casa esté decorada según dictan los cánones de los grandes gurús de la decoración, es algo que deberás asumir. Aunque también existe otra alternativa mucho más económica: confeccionar con tus propias manos los estores de tu casa. No es algo complicado sólo para expertos en el mundo del bricolaje, tan sólo tienes que seguir algunos consejos y podrás tener esas modernas cortinas por unos pocos euros.

Existe una gran variedad de estores pero lo que los hace diferentes entre sí es el mecanismo de muelle empleado para subir y bajar la tela. Nosotros explicaremos como confeccionar el más sencillo de todos: el enrollable.

Sencillos materiales
La mayoría de los materiales que emplearemos para la fabricación de nuestros estores no son difíciles de encontrar, se pueden adquirir en las tiendas especializadas e, incluso, existen unos kits para la instalación de los mismos. Para la confección de un estor enrollable necesitamos lo siguiente: tela, soportes para la clavija, rodillo con cinta doble, listón de madera, cuerda, soporte para la cuerda, peso y adorno para la cuerda, tachuelas o tirafondos y una grapadora o puntas de tapicería.

Respecto a la tela, debes tener en cuenta que el largo nunca suele superar en más de diez centímetros el marco de la ventana. Para el ancho también es recomendable dejar tres centímetros a ambos lados. Existen también algunas pautas para la elección de los tejidos: no es recomendable usar telas satinadas pues la caída será menos atractiva. Las telas recomendadas son la loneta, la semiloneta, el tejido de visillo u otras telas similares.

 

Fácil elaboración
Lo primero que deberemos instalar es el soporte. Sólo tenemos que colocar unos simples tacos y atornillarlos. El siguiente paso es medir la ventana para poder cortar la tela según las dimensiones de ésta. Una vez cortada, en la parte inferior de la tela plegaremos el borde y lo coseremos de tal manera que podamos introducir un listón de poco grosor. El listón, que deberemos tener preparado para introducirlo en el pliegue de tela, debe medir unos centímetros menos que el ancho de la tela para que quepa sin problemas.

Introducimos el listón en el pliegue y lo cosemos y fijamos en la parte posterior de la tela por medio de un soporte para la cuerda que irá unido mediante un par de tirafondos. Tras esto, colocamos la cuerda en el soporte y en su otro extremo ponemos un pequeño peso que puede ser ocultado por cualquier adorno. Para fijar la tela del estor al rodillo, tan sólo tenemos que prestar atención a una cosa: la tela debe estar perfectamente centrada y alineada con respecto al bordillo. Para lograrlo haremos una línea recta en el rodillo a partir de la que colocaremos la tela, sujeta con cinta aislante. Para fijar finalmente la tela utilizaremos una grapadora o puntas de tapicería. Colocamos el rodillo sobre el soporte y ponemos las tachuelas en los extremos. Así, tendremos instalado por fin el estor, sólo hay que probar su funcionamiento.